Llegué a
esta clase, sin ningún conocimiento ni experiencia en dibujo artístico (como
muchas veces se ha quejado Luis, a los alumnos de ciencias nos alejan de las
artes y van eliminando poco a poco nuestra creatividad). Desde el principio ha
sido una continua lucha y un enfrentamiento conmigo misma, para conseguir
entender las cosas, aprender e irme superando.
Las
primeras clases, no me tomé la asignatura muy enserio, pero eso sí, me lo pasé
como una niña y me di cuenta de cuánto echaba de menos pintar. Utilizaba la
brocha pegada a un palo sin saber muy bien lo que hacía, pero aunque son
dibujos que sólo parecen manchas aleatorias, yo sé lo que representa, y unos
meses más tarde aún sé cómo es el dibujo y cuando está al derecho o al revés. En esta etapa fue muy importante el trabajo en grupo, el conocernos entre nosotros y ayudarnos a situarnos un poco. Desde este primer momento hasta el final, el apoyo entre nosotros para animarnos, darnos consejos, ayudarnos y criticarnos ha sido fundamental para el curso.
La
segunda etapa pintando sillas, supuso el primer desencuentro importante. Yo
veía la profundidad y las capas, pero mi mano no respondía a mi cerebro y
sentía que mi técnica me impedía dibujar lo que veía, lo que es muy frustrante.
Esta etapa fue muy larga y estuve bastante tiempo bloqueada sin progresar y
llegué a odiar mucho a esas sillas. Sin embargo a partir de que pintamos
utilizando las fotos como modelo (y las colocamos al revés), que me puse a
pintar con Javi, empecé a ver mejor las cosas y a conseguir dibujos en los que
ya se veía sin duda lo que quería representar. No llegué a dibujos
maravillosos, pero si ves el primero y el último, hay una gran evolución, y eso
fue algo bastante significativo.
Por
otro lado los trabajo de fin de semana, no llegué a entenderlos del todo. El
más importante fue el de las series fotográficas de Gran Vía, y no sé cuál fue
el problema, si la calidad de mis fotos, que yo no lo entendí bien, si no lo explicasteis
bien, pero no he conseguido crear una matriz lineal.
La
tercera etapa en Cuenca, me resultó muy frustrante, porque disfruté haciendo
mis dibujos y estaba muy contenta con ellos, pero vosotros; aunque no me
decíais nada malo, tampoco me decíais nada bueno y siempre elegíais como
ejemplo a los mismos de siempre, y dejé que eso me afectara demasiado y me
desmotivé. Sin embargo ahora, aunque creo que son un poco escasos mis dibujos,
creo que entendí bien el trabajo, mejoré bastante con respecto a los primeros y
me gusta el resultado.
El trabajo de Palazuelo fue muy confuso, y la gente no estaba muy segura de qué había que hacer. La gente con la que estaba trabajando y yo entiendimos que a partir de nuestra foto de Cuenca, haciendo un estudio de masas y ejes, teníamos que abstraernos hasta encontrar en nuestras líneas las líneas de Palazuelo y a partir de ahí crear un cuadro de Palazuelo, sin perder la referencia de Cuenca, y al final llevar a clase un dibujo final de calidad, y eso es lo que hicimos. Trabajé bastante con este trabajo, hice mucho bocetos y pruebas y al final quedé satisfecha con el resultado, pero al llegar a clase nos criticasteis que habíamos imitado demasiado a Palazuelo y no habíamos puesto de nuestra parte y que habíamos llevado un dibujo final y no el proceso. Después de esto tan contradictorio, decidí que los próximos dibujos los iba a hacer como a mí me gustara, haciendo lo que me apetecía y emocionaba. Los últimos dibujos utilizando como referencia a Bradford y Saura han sido los que más me han motivado y con los que mejor me lo he pasado por varias razones. La primera que haciendo lo que me ha apetecido, he entendido mejor el trabajo, segundo porque aunque son muchos menos dibujos, en cada uno he invertido mucho tiempo y muchas ganas y he puesto mucho de mí, y tercero, porque hemos tendido total libertad para experimentar y me he dado cuenta de lo que he mejorado, que aunque me queda muchísimo por aprender, creo que he conseguido 'ver cosas' y que todo el trabajo anterior lo he asimilado y se aplicarlo.
